lunes, 17 de enero de 2011

¿Le doy agua?

Mientras me tomaba del brazo izquierdo, aquel guardia casi suplicando, ansioso, preguntaba al jefe de la tropa, ¿Le doy agua a este? Un pequeño chollón en mi chimpinilla izquierda, me condenaba a muerte. Eran tiempos de la guerra de liberación.

Aún recuerdo aquel sabor nauseabundo que súbitamente se apoderó de mi paladar en medio de una sensación horrible que todavía hoy no puedo describir. Vi luego, en medio de mi resignación, el rostro angustiado de mi madre y la aflicción en sus ojos. A solo unos metros, rogaba al Supremo desde lo más hondo de su corazón no tener la desdicha de presenciar la ejecución de su hijo.

Aquel momento fue realmente terrible. Éramos unas quince personas. La mayoría sin embargo, llenos de serenidad, aquella que solo puede imponer la amenaza de las armas.

Pero la Tanita no podía controlar sus nervios. En medio de aquel drama, gesticulaba insistentemente. “Hay Diosito lindo”, “Ayúdanos Señor”, entre otras expresiones, salían de sus labios. Finalmente se sacó un documento de entre los bolsillos de su pantalón y lo entregó a uno de sus hijos, a Wicho.

“Tomá, andá decíle que tenés un hermano en la EEBI, que es mi hijo, enseñále este papel”. Pero el guardia hizo caso omiso y seguía torturando sicológicamente a todos, sobre todo a mí, teniéndome tomado del brazo.

La Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería, EEBI por sus siglas, era junto a la Oficina de Seguridad Nacional (OSN), la estructura más tenebrosa de la Guardia Nacional del dictador Anastasio Somoza.

Era yo el más alto de los chavalos que aquella mañana de junio de 1979, un grupo nutrido de asustados y viejos guardias del ejército de Somoza, había sacado de sus casas junto a sus familias.

A todos nos juntaron en un solo lugar. Recuerdo que el único hombre del grupo era don Isidro, el señor de la casa contiguo a la mía y a la que nos fuimos a refugiar de los disparos de una tanqueta que se apostó frente a mi casa desde donde los combatientes disparaban a la guardia.

Estaba seguro que aquel soldado estaba decidido a matarme si el jefe lo consentía. Era un hombre totalmente distinto al resto de guardias. Más joven y corpulento, diría yo que era el único entrenado en la EEBI, donde enseñaban a matar gente inocente. Pero pese a su insistencia, nunca obtuvo la respuesta que esperaba.

Nunca voy a olvidar la actitud de aquel jefe de la tropa que con admirable paciencia, llenaba los magazines de su Galil con los dardos de la muerte.

No recuerdo el grado que cargaba sobre sus hombros, pero indudablemente tenía dominio sobre la tropa. Dijo que nosotros no habíamos hecho nada malo, que estábamos metidos en nuestras casas. De ese modo, negó la petición de su subordinado.

Pero era claro que habían llegado a concluir en ello después de revisarnos brazos, pecho, rodillas y no recuerdo qué otra cosa, pero no había en nosotros indicio alguno de que fuéramos los guerrilleros que ellos buscaban.

El problema fue el chollón que el guardia vio en mi chimpinilla, causado por el golpe de un carretón que usé para acarrear agua desde la Escuela Normal hacia mi casa en la colonia 14 de Septiembre.

Lo de dar agua se volvió una expresión común en el argot militar que significaba darle muerte a alguien, una ejecución, generalmente de gente inocente, y fue tan conocida que en poco tiempo, ya formaba parte de la jerga popular.

Todos dábamos gracias a Dios, pero al mismo tiempo nos desconcertaba que no hubiéramos sido, alguno de nosotros, víctima de la arbitraria y brutal conducta de la Guardia Nacional. Nadie de mi callejón murió ese día pese a que un guardia fue blanqueado desde mi casa con un rifle 22.

Creyeron que había sido herido desde lo alto de la palomera de don Jorge DeTrinidad, la planta alta de un anexo de su casa, a la que la tanqueta hizo varios disparos pero ninguno lo impactó.

Tiros y otra situación embarazosa

La necedad del guardia desapareció súbitamente. Al tiempo que el jefe negaba el permiso para matarme, a media cuadra de donde nos tenían a merced de sus metralletas, se realizó un intercambio de disparos entre otros guardias que ya habían avanzado y los guerrilleros que a unos doscientos metros disparaban sus fusiles.

El jefe de la patrulla de inmediato dio órdenes y aquellos guardias dominados por el nerviosismo se movían a regañadientes, no era para menos, reflejaban sus rostros el terror que sentían por enfrentar a los combatientes.

Se adherían a las paredes como papel tapiz, algunos estaban petrificados y sólo esperaron a moverse cuando se sintieron respaldados por la tanqueta que debió maniobrar para salir del callejón frente a mi casa.

Para evitar que los “muchachos” les dispararan, nos mandaron a la calle llena de barricadas y obstáculos, a quitarlos, y mientras limpiábamos, hubo más disparos y todo el mundo se tiró al suelo. En el pavimento había mucho vidrio y de la misma manera que nos mandaron a la calle, nos hicieron meternos en la casa.

A mi hermana Danelia, un trozo de vidrio le causó una herida cuando nos tendimos sobre el pavimento para capear las balas. Una vez de pie, accidentalmente puso su mano herida en el pecho de Sergio, manchando su camisa.

Nadie se percató hasta que, luego de un rato, uno de los efectivos en la retaguardia, nos hizo salir de la casa nuevamente y otra vez, se produjo otro momento angustiante cuando descubrió la diminuta mancha de sangre en la camisa del muchacho.

Entonces, ahora al que querían ejecutar era a Sergio, uno de los hijos menores de don Isidro. Fue grande el temor que se apoderó de nosotros cuando pusieron al chavalo en la calle y el guardia en disposición de tirarle.

Se armó entonces una discusión con el genocida, a quien mi madre y don Isidro le explicaron el origen de la mancha de sangre y aún cuando vio las manos heridas de mi hermana dudó por un momento, pero luego dejó el asunto. Fue un momento horrible. Sergio moriría años después en un enfrentamiento bélico en las montañas del norte de Nicaragua.

El mismo guardia que nos hizo pasar por ese angustiante momento, luego estaba pidiendo agua y comida. Para entonces las despensas de nuestras cocinas contaban únicamente con frijoles y harina, abastecimiento que compartíamos los vecinos dadas las circunstancias. Agua teníamos en unos bidones negros que trajeron los gringos y que aún conservábamos desde el terremoto de 1972.

Casualmente había frijoles cocidos y don Isidro le dio al guardia un poco en una tasa sopera, la cual comió hasta que mi viejo vecino tomó una probada. Lo mismo pasó cuando pidió agua. Recuerdo que habiendo constatado que no había veneno, el guardia arrebató el recipiente con los frijoles cocidos, los cuales devoró rápidamente.

Otros guardias pidieron después hasta que nos quedamos sin comida, pero se fueron. En la otra calle continuaron con su faena mortal. Escuchamos más disparos. Uno de los combatientes a quien identificaron como Damián, originario de Diriamba, había caído.

Su cuerpo quedó tendido sobre la calle de tierra a orillas de la casa de don Jorge el radiotécnico. Sus azules ojos quedaron abiertos, fijos en el infinito.

Otros dos muchachos, Marcelino, del otro solo recuerdo el apellido, Tijerino, vecinos de la Proyecto Piloto, fueron acribillados mientras intentaban refugiarse en la casa donde vivían los padres de Elvis Díaz cuando regresaban de comprar pan.

jueves, 6 de enero de 2011

Castigo en el aula

Por Mamely Ferreti

El profesor era “El Chirizo”. Así lo llamaban porque una vez rasurado se le paraba el pelo. Un tipo alto, fornido y piernas arqueadas como de vaquero. Detalle por el que también se referían a él con otros apodos.

Se decía que era un buen maestro, que sus alumnos aprendían mucho con él pero siempre complementaba su autoridad con un bolillo de madera que pintó con los colores de la patria; azul y blanco. Sin embargo, cuando lo tenía a mano, usaba el metro de madera, y dependiendo de la gravedad de la falta del transgresor, lo blandía de canto o con la parte plana.

Aquella mañana, Richard llegó como de costumbre, no se imaginaba que sufriría una terrible paliza que seguramente recordará mejor que el resto de sus compañeros. Era la hora de artes del lenguaje, asignatura que luego se llamó castellano y finalmente español.

El profesor había escrito un “cartel” en la pizarra y pidió a sus alumnos que copiaran, leyeran y luego analizaran las oraciones.

La escuela iniciaba ese año sus actividades educativas. Era el anexo de un gran colegio del centro de Managua que los salesianos construyeron en el barrio La Fuente. De un solo galerón, con una sola aula por grado a excepción del primero que tenía A y B.

Entre su personal docente se contaba a la profesora Ligia, una belleza sacada de un figurín, (¿los recuerdan?, aquellas revistas de moda) realmente era una mujer muy bonita, y muy dulce.

También había en esa escuela otra maestra que era todo lo contrario, en belleza y carácter, de la profesora Ligia. Se llamaba Teresa, era terrible y disfrutaba dando de reglazos, halando el pelo a las niñas y las orejas a los varones.

La mujer era muy buena como docente pero daba mucho de qué hablar a los padres de familia por su trato hacia los alumnos.

La dirección del colegio consentía todas esas groserías. Era el responsable un anciano misionero al que llamaban “Hermanito Germán”, originario de Bélgica, que hablaba nuestro idioma con cierta dificultad.

Siempre se le veía con una sotana negra encima y con un sombrero de safari en la cabeza. Era devoto de la Virgen de Lourdes porque con mucha frecuencia se metía a las aulas a interrumpir la clase para hacer cantar a los alumnos un himno dedicado a la santa. Fue relevado del cargo al año siguiente por otro cura bastante viejo pero no tanto como él.

Los otros dos personajes de la pequeña escuela era el “Hermano Rafael”, un cura español que por su aspecto físico parecía practicar algún deporte, pero tan cruel como la Teresa y José Luis, “El Chirizo”. A este le gustaba dar de cachetadas y golpear la cabeza de los alumnos con un silbato de metal.

Finalmente, el profesor Pablo, el hombre del coco de agua. Fue maestro durante varios años. Siempre llevaba un coco de agua que ponía sobre su escritorio hasta que llegaba el momento de beber su néctar a media mañana. Solamente se quitaba la faja para arreglar las diferencias entre dos alumnos cuando éstos se enfrentaban a golpes.

Volviendo a la clase de 1969, luego de un rato, el profesor llamó a Richard para que leyera el escrito de la pizarra.

Aquel chavalo, que se contaba entre los mayores de la clase, comenzó la lectura y se encontró con la palabra “espontáneo” que leyó sin el énfasis de la acentuación.

La pronunciación no le pareció nada bien al maestro. Tomó el metro que había usado en la clase de geometría una hora antes y se acercó al alumno.

Con la regla en la mano, el chirizo detuvo la lectura de Richard y lo conminó a volver al inicio. Aquel lo hizo y nuevamente pronunció mal. Eso le costó el primer reglazo.

Richard, de frente a la pizarra, se dio vuelta hacia sus compañeros para dejar ver un risita nerviosa en su rostro. El profesor le ordenó leer y nuevamente leyó de la misma manera.

Siguió otro reglazo como el primero, con la parte plana del metro. Richard ya no volvió a ver a sus compañeros. Vino la orden de nuevo y enmudeció hasta que otro reglazo, ahora de canto, lo hizo balbucir: “espontaneo”. Y la escena se repitió dos veces más.

A esas alturas en el aula sabían que el muchacho lloraba profusamente y cuando el chirizo se dispuso a usar la regla nuevamente, alguien de entre los alumnos se armó de valor y pronunció correctamente la palabra para que Richard la repitiera.

José Luis se dio cuenta que la clase estaba turbada. Mandó al muchacho a su pupitre quien se dobló sobre sus brazos en el escritorio. Richard jamás pronunció la palabra correctamente y después de ese día, su clase no lo volvió a ver.

Herejes disfrazados de profetas

Herejes disfrazados de profetas

Por Mamely Ferreti

Un presunto pastor, líder de una congregación de herejes, ha lanzado una supuesta profecía anunciando el fin del mundo con la convicción diría yo, de un tipo que agobiado por sus afanes ha llegado a la locura.

Hemos estado siendo amenazados por diversas corrientes que anuncian el fin del mundo como si Dios les hubiere dado el don para descifrar sus propósitos. Él es el único, lo dijo el Señor Jesucristo, que sabe la fecha y la hora en que tal cosa va a suceder.

Hasta una película basada en las profecías de la Cultura Maya se ha realizado y en ella se muestra cómo el mundo llegará a su destrucción, todo para meternos en miedo, para engañarnos.

Dios es el creador de los cielos y la tierra y Él, en su soberana voluntad y con su magnífico poder, habrá de decretar la destrucción de todo lo que existe conforme a lo ha establecido en el libro de Apocalipsis.

Harold Camping, es ya un anciano que desgraciadamente en el ocaso de su existencia echó por el suelo toda una trayectoria en el reino de Dios, con su falsa teoría del fin del mundo.

Otros, igualmente han pretendido engañar o confundir a la Iglesia de Dios con sus conjeturas y sus doctrinas, tal es el caso del también hereje José Luis Miranda, quien decía ser Cristo y junto a otros predicadores anda en doctrinas de error en una secta denominada “Creciendo en Gracia”, que no es más que una doctrina herética.

Sostienen que su espíritu es salvo, que está limpio y que no importa lo que su carne, su cuerpo haga, nada va a cambiar, pues dan su salvación como un hecho. Nada más alejado de lo preceptuado por el Señor en las santas escrituras.

Otro ejemplo de un ridículo fue el de Carlos Taze Russell que a partir de eso creó la herética Sociedad de Tratados de la Torre de Vigía, que más se conoció como testigos de Jehová. Russell inventó en 1874 algo parecido a lo de Camping en la actualidad, predijo la venida de Cristo en base a sus estudios y análisis de las escrituras.

Pero luego dijo, cuando su profecía no se cumplió, que el Señor, en vista de que su resucitación fue espiritual y no corporal, su venida a la tierra no sería, por tanto, corporal sino espiritual.

Desde entonces hemos estado siendo invadidos por gente con locuras diversas cada vez, por ejemplo, aquí anduvo un loco diciendo que era el Jesús de los pobres.

Pero con esos anuncios como el del señor Camping ocurren dos cosas. Una, que es sencillamente una herejía que pretende opacar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, y dos, se manifiesta el cumplimiento profético que el señor ha declarado.

En Mateo 24, Jesucristo habla de las señales del fin del mundo luego de afirmar que del templo “no quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada” (versículo 2)

Sus discípulos se le acercaron mientras Él estaba en el monte de los Olivos para preguntarle cuándo será y qué señales habrá de su venida, mas Jesús, lo primero que hizo fue una advertencia. “Mirad que nadie os engañe”, les dijo.

Debemos tener cuidado del ambiente espiritual en que nos estamos desarrollando y en estas circunstancias los líderes de la Iglesia recomiendan no andar de ministerio en ministerio y estudiar mucho las escrituras.

Eso nos va a permitir reconocer cuándo los espíritus no son de Dios porque el espíritu de terror se lleva a cualquiera que descuida su comunión con Dios. Fácilmente es engañado.

El anciano Camping se desvió de la verdad y Jesucristo lo está radiografiando en su evangelio como un falso profeta. “Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos”. (Mat. 24:11)

Muchos tropezarán entonces y aún los escogidos serán engañados dice el Señor pero también promete la salvación al que persevera en su palabra.

En los últimos tiempos muchos se han interesado por hacer una interpretación escatológica de la Biblia. La Escatología es una rama de la Teología que tiene que ver con los eventos futuros, con los últimos tiempos de los que la Biblia dice mucho.

Eso ha ocurrido sobre todo en Norteamérica, ha habido una fiebre entre los miembros de distintas corrientes religiosas por descubrir lo que Dios tiene para el fin de los tiempos. Es una cuestión casi enfermiza.

Sin embargo, un problema muy grande es hacer una interpretación antojadiza o caprichosa, y este profeta de error ha tomado el capítulo 9 de Apocalipsis para hacer su propia interpretación de eso que él dice va a ocurrir el 21 de mayo.

Pero la Biblia nos dice que el día y la hora nadie lo sabe solo el Padre que está en los cielos, y esto lo encontramos en Mateo 24, versículo 36; “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre”

Es la más clara manifestación del error en que se encuentra el hereje Camping.

No debemos creer en falsos profetas, en cualquiera que dice lo que se le antoja basado solamente en su locura de años pretendiendo hacer una cronología de la Biblia.

Solo nos queda estar preparados para la venida del Señor, orar todos los días y vivir de tal manera que estemos listos para cuando llegue el arrebatamiento, mientras tanto, que el Señor reprenda al demonio que hay en Harold Camping y que quiere confundir a la Iglesia.

El Señor es mi Rey

lunes, 3 de enero de 2011

Faltan dirigentes?

Desde hace algunos meses, he estado esperando que alguien en esta red, también social, escribiera algo relacionado con los periodistas y sus organizaciones gremiales, pero no un pinocho como el que Trinidad Vásquez ha puesto y en mensaje adjunto.

¿Por qué pensar en que necesitamos dirigentes? y ¿Para qué? ¿No estamos bien así? ¿De qué han servido los que, sin ser líderes ni dirigentes, fueron puestos en los cargos del Colegio, de la UPN, de la APN y qué sé yo que otras organizaciones?

Por favor Trinidad, es tiempo que dejemos de pensar a la manera española, hagamos un esfuerzo por superar el subdesarrollo mental que nos caracteriza y pensemos que nosotros mismos podemos tener iniciativa para impulsar cambios y si no queremos ser líderes, pues procuremos crearlos.

Recuerdo la gran alharaca que se armó cuando surgió la candidatura del actual presidente del CPN. Qué se hicieron aquellas defensoras y aquellos defensores de Leonel Laguna, de quienes en algún momento creí que estaban dispuestos a dar la vida por él y hoy, estoy seguro, no dan ni un cacahuete por él.

Creo que muchos no entendemos lo que significa estar agremiado, estar organizado en un colegio, creo que ni siquiera saben qué cosa es estar colegiado.

Debo confesar que tengo más expectativas en el Colegio de Periodistas de Nicaragua por lo que creo que significa para el gremio, una organización que vele integralmente por los intereses de los periodistas; económicos, académicos, laborales, sociales, etcétera, y no la institución benéfica en que se ha convertido.

Dirán que soy un insensible, pero la realidad es que debemos entrar a un proceso de reflexiones profundas sobre lo que definitivamente queremos del CPN y en principio dejar a un lado la idea de que el Colegio esté sometido a intereses partidarios porque el CPN no le pertenece a ningún partido político.

Que sus miembros seamos militantes o partidarios de x o y partido, no nos da derecho a contaminar el colegio con trifulcas que únicamente nos han dividido como gremio. Todos y todas tenemos derechos a participar por igual, todos los que formamos parte de su creación fundamentalmente, los que por derecho propio por haber estado en la UPN o en la APN, somos miembros del CPN.

Estamos a dos meses prácticamente para que una nueva junta directiva se haga cargo del CPN y antes de elegirla pensemos en que debemos llenarla con individuos de calidades especiales, primero que sean capaces y segundo, que entiendan que en la multitud de consejeros hay seguridad.

Dejo estas ideas a disposición de todos aquellos que quieran debatir sobre el tema del liderazgo y de los dirigentes que según Trinidad, hacen falta. Tal vez haga falta que invitemos a amigos de otros colegios en la región centroamericana o de otras latitudes a que vengan a "capacitarnos" sobre lo que ellos hacen como colegiados.

Fraterno.

Mamely

Noticias y Arte: Hola amigos y amigas Con las mejores intenciones d...

Una hermosa realidad

Por Mamely Ferreti

Cerramos un año que dejó muchas victorias y gratos sabores. Institucionalmente, el gobierno de reconciliación y unidad nacional alcanzó grandes propósitos en el ámbito económico, político y social que hoy hasta sus detractores lo están reconociendo.

También se ha logrado con ello, porqué no decirlo, la plataforma sobre la que el partido sandinista habrá de apuntarse una nueva y grandiosa victoria que le permita continuar con la obra revolucionaria que ha reiniciado en 2007 para el bienestar de los menos favorecidos.

Sin embargo, en su mezquindad la derecha ha pretendido no darle crédito al gobierno sandinista y al presidente Ortega, y en su afán de negarle todo mérito se culpa por la oportunidad que ha tenido el sandinismo de gobernar bien.

Ninguno de los gobiernos anteriores administraron al país con tanta responsabilidad como lo ha hecho Daniel Ortega quien ha logrado lo que no hicieron los otros; un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Incluso aquellos que dijeron desde sus tribunas que todo estaba yendo mal en la conducción económica debieron tragarse sus palabras y ahora hablan, no les queda otra, de las cifras positivas alcanzadas por el país, conducido por el FSLN.

Otros dirán que aquí se ha fortalecido el gobierno de un partido que ha pretendido instaurar una dictadura que nadie ve por ninguna parte, puesto que aquí no hay persecución política, no hay reos políticos y a nadie se le ha impedido decir lo que se le venga en gana. Incluso hablan y escriben hasta más de la cuenta y aquí nadie les dice nada, nada en absoluto.

Es decir, este país se ha desempeñado durante el año 2010 con todas las garantías constitucionales establecidas en nuestra carta magna, incluso hasta los amigos de la derecha vinieron a constatar que no hay nada de las supuestas violaciones a los derechos humanos que los enemigos no del FSLN sino de Nicaragua han llegado a denunciar en otras latitudes.

Recuerdo el enfado de quienes se estrellaron contra sus propias pretensiones cuando aquellos gringos vinieron a decirles que debían ser los mismos inconformes quienes busquen la solución a sus problemas domésticos.

Es fácil comprender el llanto de aquellos que en su desesperación ya ven el inminente triunfo de Daniel Ortega en los comicios de noviembre próximo porque no van unidos todos los de la oposición.

Hay muchos intereses en juego, por no decir dinero, porque aquí en este país donde muchas cosas son permitidas, y aunque algunos dicen que viven casi esclavizados por el FSLN, hasta los que pierden ganan.

Lo cierto es que no pueden con la habilidad de un partido que da todo en el terreno por llevar a cabo sus ideales que son los de realizar cambios profundos en el país.

Algunos han llegado al extremo de rogar, (casi los veo de rodillas) pedir a los que no están convencidos de aliarse con este o con aquel, que se junten porque la oposición dividida solo beneficia al sandinismo.

Hagan lo que hagan, los señores de la derecha deben entender que no hay vuelta de hoja, que en este país el Frente Sandinista de Liberación Nacional ha trabajado bien para continuar gobernando a los nicaragüenses yo diría no solo por cinco años más, sino que por muchos más.

Duela lo que duela, así lo decimos en este momento

domingo, 2 de enero de 2011

Hola amigos y amigas

Con las mejores intenciones de compartir noticias y todo lo que el mundo de las artes produce  he creado este blog que pongo a disposición de todos para publicar en él, lo que ustedes quieran en el ámbito informativo noticioso y en lo que las artes corresponde, teniendo en cuenta que arte hay en todas y cada una de las actividades de los seres humanos.

De tal manera que este es un espacio para escritores, artesanos, fotógrafos, cineastas, periodistas, publicistas, arquitectos, ingenieros, profesores, administradores, teatristas, folcloristas, tradicionalistas, étnicos, indígenas, en fin todo aquel que quiera aportar el arte con la que ha desarrollado sus proyectos y ambiciones.

Claro, en este sitio no hay espacio para el egoísmo, para la censura o la envidia, sólo el ánimo de compartir privará, se los aseguro.

Adelante pues artistas, este sitio es suyo.

Mamely